De plantas y animales. Acercamientos literarios

~En los ensayos de De plantas y animales-, la botánica y la zoología dialogan inesperadamente. Los cactus, las mariposas, los lagartos, los jardines o las hojas que caen están dispersos en toda su obra, con una sensibilidad ecológica difícil de encontrar en sus contemporáneos~ Jorge Carrión
Comencé esta lectura en medio de una mudanza y todo lo que eso implica. Fue un dejar y retomar, retomar y dejar, entre esos intervalos fui tomando algunas notas sobre este libro tan precioso.
Acá va el intento de reseña…
Vitale va funcionando datos históricos y culturales con referencias literarias universales. Me animo a decir que este libro es una especie de homenaje a otros libros y autores.
Algo en lo que pensé más de una vez a lo largo de las páginas es cómo ciertos relatos, muchos de ellos milenarios, condicionan nuestra percepción sobre ciertas especies, ya sean reacciones de rechazo o de pura empatía.
El otro pilar de este libro es algo más personal, más emotivo. Sentí un acercamiento muy lindo hacía Ida, a su vida rodeada de animales, a su cariño por la naturaleza. Me conmovieron su benevolencia y su nostalgia. Y fue una sorpresa grata descubrir entre líneas, su personalidad, sus pensamientos y convicciones.
En fin, siento que no le hago justicia a la autora y su obra con las palabras plasmadas aquí, pero sin dudas, quiero decirles que sí deciden leerlo no se van a arrepentir porque es un libro muy enriquecedor por dónde se lo lea.

La Biblotecaria de Auschwitz

La primera vez que escuché el nombre de Ana Frank, estaba en la etapa escolar. Mi maestra fue quién nos contó su historia. Difícil que ese recuerdo se borre de mi memoria. Llegué a casa y pregunté si conocían algo sobre esa niña; mamá me contó lo que sabía y me ayudó a buscar en una revista una foto de ella que creía que había. Ese recorte estuvo por mucho tiempo en mi mesa de luz. Fui creciendo y el interés nunca mermó, al contrario, buscaba información, preguntaba a los profesores de historia. Hasta que hace unos años, tuve en mis manos el famoso Diario de Ana Frank, y fue uno de los regalos más lindos que recibí . Me llevó varios meses comenzar a leerlo, no por ese miedo que nos da a los lectores al depositar grandes expectativas en x lecturas, sino, por la carga emocional que podía conllevar leerlo.

Dita es una adolescente judía deportada junto con sus padres a Auschwitz, en este campo de concentración funciona una escuela, liderada por Fredy Hirsch. Donde se imparten clases con distintos profesores y varios adolescente voluntarios, Dita integra este último grupo; pero cumple una tarea espacial, ella se encarga de custodiar una pequeña biblioteca prohibida.

La historia gira en torno a Dita, pero Fredy cumple un rol importante. Tan similares en su entereza, la lucha por sus convicciones, arriesgarse por estas a tal punto de poner en riesgo su vida. Y diferentes en otros aspectos, mientras que Fredy es un líder nato, hipnótico con su actitud, y un fiel creyente. Dita es todo lo contrario, tímida, irreverente muchas veces,de esa irreverencia nace un sarcasmo bastante agudo junto a una mente que todo lo cuestiona. Siempre son buenos los diferentes puntos de vista, y aquí eso es constante.
Con una narración sencilla, este libros nos lleva muchas facetas que van directo a nuestras emociones. A pesar de la situación en la que se encuentran, pueden seguir fijándose en ciertas nimiedades, no pierden la cotidianeidad en cierto sentido, eso es verdaderamente conmovedor.Tiene momentos tristes que, a mi manera de ver, están perfectamente relatados, me fue imposible no llegar a las lágrimas.La rabia me traspasó, porque refleja perfectamente la escasez de humanidad, las atrocidades a las que se llega y tambien cómo en estás situaciones límite, los seres humanos prefieren pisotear a sus pares, por unas migajas de beneficios. Sin dudas fue emocionante leer las muestras de amistad incondicinal. Que el amor, todo tipo de amor, puede transformar a las personas en un buen sentido. Este libro nos habla de la esperanza, de que literalmente, es lo último que tenemos que perder. Y de algo que considero magnífico… La capacidad de sacrifico,de empatía, de pensar en el otro aun sin conocerlo. Hoy escribiendo esto me doy cuenta de que nos esos grandes matices, que habitan en la sociedad.
No puedo dejar pasar algo importante. Estas páginas son una verdadera declaración de amor a la literatura. La sensibilidad que vuelca cuando se refiere a lectura me pareció realmente hermosa. Esta presente la multifunción de los libros. Esa de hacernos escapar por un ratito de la realidad. Pero también la de mantenernos con los pies en la tierra y los ojos bien abiertos. Creo que esta frase habla por sí sola « cualquier régimen totalitario sin importar su ideología tienen algo en común: la persecución de libros».

Dita es una sobreviviente del Holocausto judío, ella pudo reconstruir su vida al salir de los campos de concentración. Y cito al autor » Asombra cómo alguien con todo ese sufrimiento sobre los hombros es capaz de no perder la sonrisa. « Es lo único que me queda» me dice»
Pero cuando en nazismo decidía por la vida de millones, Dita y Ana tenían poca diferencia de edad. Dita y Ana tenían amigos y familia. Sueños y miedos.En ese momento eran dos adolescentes a las que las ganas de vivir salía por sus poros. Dita y Ana llegaron a cruzarse por muy poco tiempo en ese infierno llamado Auschwitz, aunque sus destinos fueron diferentes. Y al leer está novela, no podía no acordarme de Ana. No podía no sentir la misma opresión en el pecho al terminarla y buscar los nombres que aparecían, ver sus fotos, sus historias. El cerrar los ojos y saber que todas esas personas, plasmadas en las hojas, habían tenido que transitar por semejantes atrocidades. Hoy, después de tantos años, la mesa de luz ya no es la misma y tampoco está la foto, pero entre los libros que me han marcado se encuentra El diario de Ana y ahora- por lo que me ha generado leerlo- pagadito tengo a La bibliotecaria de Auschwitz.

Leo

Recuerdo a mi bisabuela, sentada en su mesita de jardín con alguna novela negra en sus manos, un poquito leyendo otro poquito dormida. Y acá está, más de veinte años después la colección de Agatha Christie
Leo y la loca dicotomía del mundo abriéndose y cerrándose
Mi mente viaja a el librero de mi abuela y su perfecto equilibrio entre las novelas históricas y los libros esotèricos
Leo y el tiempo es un cuento
Más recuerdos. Este me saca una sonrisa, por aquella penitencia en la que papá me hizo resumir algunos capítulos de un libro sobre historia egipcia. En el librero siempre me espera
Leo y amo y lloro y rabia y alegría y decepción y carcajada y empatía
Me invade la ternura de recordar a papá, en los días de apagón, leyendome la colección del Árbol Sabio. Esos que están guardados en un cajón, como si fuesen-son- un tesoro
Leo y me critico, o critico mi sentido crítico
Ahí está, el libro que me prestó mi abuela, con la idea de que me ayudara un poquito a sobrellevar la muerte de mi bisabuela
Leo y soledad, compañía, introspección y viajes sin moverme
Evoco mi propia imágen, de chiquita, con cinta adhesiva y papelitos con números anotados. Esos que pegaba en el interior de los libros y rellenaba una ficha técnica como toda una bibliotecaria
Leo y revolución, paz, política, guerra, esperanza
Pienso en el momento en el que empecé a leer «libros de adultos». Y  con 15 años, comenzó la búsqueda de géneros, autores…la independencia literaria
Leo y las librerías
Cuando leo alguna novela romántica, de esas que son puro chicle y algodón, me es imposible no pensar en dos libritos, que en momentos difíciles me sacaron de un pozo
Leo y salgo de mi zona de confort, las paredes de mis pensamientos se rompen y reconstruyen
Ahí vienen mis amigas, la romántica empedernida  y la fanática de los poetas millennials
Leo y  «Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla»
Leo en silencio, abajo de un árbol, en la orilla de alguna laguna; o en el medio de la ciudad, sin importar estar sentada en » el cuadrado» un domingo de primavera a la tarde
Leo y soy lo que hago con lo que leo
Hace tres años que navego y los leo, que me impulsan a seguir leyendo
Leo y lo quiero compartir